Voy a contaros la historia
de un alma muy compungida
que a poco dejo la vida .
Esta vida transitoria.
Me decía este hermano
con su mente confundida,
yo no he creído en la vida
en otro mundo extrahumano.
Yo siempre aseguraba
-tal vez por incultura-
que todo terminaba
en la triste sepultura.
Pero, ¡Oh Dios clemente!,
te juro de corazón,
que si vivo nuevamente
luchare con mas tesón.
Lucharé hasta conseguir
una vida mas honrosa,
y cuando vuelva a morir
mi alma será mas dichosa.
Ese espacio tan henchido
con tantos miles de estrellas,
yo siempre había creído
que era solo para ellas.
Ahora he podido observar
que hay almas que han vivido,
y que al morir, han venido
a este mundo a parar.
En ese espacio grandioso
de belleza sin igual,
existe esplendoroso
el mundo espiritual.
Yo no dudare jamas
que otra ida viviré
o quizás que volveré
a vivir alguna mas.
Convencido como estoy
que es eterna la existencia
propagaré desde hoy
esta grandiosa experiencia.
Si he cumplido mi deber
en esta y otras vidas,
pues, ya no tendré que hacer
tantas idas y venidas.
Me ha dicho un alma querida
que encontraremos aquí,
al venir de aquella ida,
lo que traigamos de allí.
Perdona padre querido
a este humilde penitente,
porque he sido descreído,
o tal vez un inconsciente,
pero estoy arrepentido.
Siempre ha sido mi destino
de penas y sinsabores,
caminar por un camino
con mas espinas que flores.
Estoy cansado Señor,
cansado de caminar,
y te pido por favor
que me dejes descansar.
Te prometo Dios mío,
que la próxima existencia
cumpliré mas penitencia,
gracias Señor, en ti confío.
Francisco Marín Marín