CONGRESO NACIONAL DE ESPIRITISMO 1981

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EL ORGULLO COMO PERDICIÓN DEL ESPIRITA

Muchos centros espiritistas han fracasado por el orgullo. Sin darnos cuenta, llevamos un gusanillo dentro de nosotros, al que vamos animando cada vez más, hasta que llegamos a perder el control.

Cuando un hermano nuestro da señales de ser un médium, todos le damos ánimos, le apoyamos para que se desarrolle; comienza a darnos unas comunicaciones satisfactorias y lógicas, pero que siempre las debemos
de analizar. Un día, no está en condiciones de recibir a entidades superiores, y sin darse cuenta, piensa que si no puede decir nada, qué opinarán los demás. No sólo eso, sino que aquí viene la segunda parte, la de los hermanos del grupo: ¿cómo es que hoy no se han comunicado por ti? Ahí sale el gusanillo. El médium se siente un poco defraudado y abre las puertas de su materia. Y como no podernos ignorar que siempre alrededor nuestro hay hermanos con ganas de entrar por esas puertas que no les pertenecen, nos dan un concierto muy agradable y nos llena; porque esos seres nos dan bienestar y muchas satisfacciones, diciendo que somos buenos y que sabemos más que los otros. ¿Y por qué no rechazamos nosotros esas comunicaciones que se identifican como las de San o San . . . . . . . . . ? Hermanos, creo en el refrán «quien bien te quiere te hará llorar”. Pensemos que estamos en un planeta en evolución y necesitamos más consejos que alabanzas.

El espiritista tiene mucha responsabilidad, y si no intentamos erradicar el orgullo, tendremos muchos fracasos en los grupos espiritistas. Creo que nosotros podemos matar ese gusanillo del orgullo, porque cuando un hermano nuestro hace un mérito, para la doctrina o para lo que sea, no se le tiene que alabar tanto, porque no le estamos beneficiando, sino perjudicando, y lo estamos encerrando en esa envoltura del orgullo.

Cuando él haya hecho un mérito, es porque antes lo dejó por hacer y lleva un retraso en su carrera. No se le puede aplaudir al último de la carrera y por aquí, fallamos todos por lo general.
Damos una imagen del espiritismo no muy recomendable. Muchos grupos fracasan por los motivos más o menos explicados. Nosotros no podemos ignorarlos y tenemos que evitarlos. ¿De qué manera? Muy sencillo, no dando importancia a lo que hacemos. Cuando lo hagamos, pensemos que eso no es todo, que podemos hacer más y mucho mejor.

Nos debemos de mentalizar, que en un grupo espiritista no hay ni primero ni último. No obstante, siempre en los grupos tiene que haber portavoces, como es lógico, pero no jerarquías, porque entonces nos vemos envueltos por el orgullo.

Los grupos que crean que tienen seres de alta categoría y que siempre están con ellos, que piensen que en la Tierra, hay millares de grupos espíritas y que funcionan a veces, a la misma hora. Por tanto ese espíritu, es imposible que a la misma hora esté en tantos sitios al mismo tiempo. Quiero aclarar este asunto. Sabemos que un espíritu muy elevado, puede dar fluido a muchos grupos a la vez, pero no comunicarse más que en un sólo grupo en concreto.

Hermanos, se ha celebrado este Congreso para poder conocernos los espiritistas españoles y de esta manera, todos aprender y enseñar. Consideremos que a los espiritistas nos tienen catalogados con una mala imagen, debido entre otras cosas, al orgullo. Nosotros podemos y debemos quitar esa imagen que tiene el espiritismo español. Con nuestro ejemplo y sin interés material, poniendo lo que cada uno sabe, sin importarnos lo que la gente diga de nosotros; que vean que el espiritismo español no se «comercializa»; que todos somos conscientes de lo que hacemos y de lo que pretendemos, SOLO EL BIEN DE LA DOCTRINA Y EL BIEN DE A HUMANIDAD, para que la humanidad sepa por qué viene y dónde va.

GRUPO FRATERNIDAD HUMANA
 TARRASA

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