ALMA MUERTA, ALMA VIVA

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Alma muerta, alma viva

Alma muerta, alma viva

 

El alma que vive

de espaldas al mundo,

y el saber profundo

que con él convive

nunca lo recibe

con la puerta abierta,

es un alma muerta.

 

El alma con fe,

con vista futura

en lo que perdura,

que lo que no ve

lo siente per sé

aun no lo perciba,

es un alma viva.

 

El alma quejosa

que abjura y reniega

de su dura brega,

de actitud lutosa,

que por cualquier cosa

va y se desconcierta,

es un alma muerta.

 

El alma consciente

de su propia esencia,

con buena conciencia,

con luz en su frente,

que mira a la gente

con más perspectiva,

es un alma viva.

 

El alma que ostenta

actitud dolosa,

falaz y envidiosa,

cuyo azar lamenta,

y endeuda la cuenta

de su vida incierta,

es un alma muerta.

 

El alma que vuela

por mundos de sueños,

de gestos risueños,

que al mundo consuela

y no se rebela

ni se muestra esquiva,

es un alma viva.

 

El alma egoísta,

abyecta y oscura,

que de Dios abjura,

y a cuya conquista

espiritualista

le cierra la puerta,

es un alma muerta.

 

El alma poeta

que huele las rosas,

que acepta las cosas

sin falsa careta,

que busca su meta

sin mostrarse altiva,

es un alma viva.

 

 Jesús Fernández Escrich

© 2021, Amor, Paz y Caridad.

Nuestro compañero Jesús Fernández, que es el autor de esta poesía, lo es también de otra obra titulada: ACUARELAS.

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