Soneto con estrambote
Padre Nuestro, que en los Cielos habitas,
Adoramos en ellos Tu presencia;
Danos tu Reino de amor, de clemencia,
Repleto de las cosas más bonitas.
Evita que nosotros realicemos
Nuestra sola y mundana voluntad;
Únicamente la Tuya; y nos dad
Ese pan del que nos alimentemos.
Sólo perdonando sin dilación,
Te place perdonar nuestras ofensas.
Rezando con sincera devoción,
Oirás nuestras plegarias más intensas;
Así, no caeremos en tentación,
Mereciendo Tus sacras recompensas.
El mal, con Tu intuición,
No logrará romper nuestras defensas.
Jesús Escrich
(Guardamar, 29-XI a 12-XII de 2011)