EL CONOCIMIENTO
(Viene del número anterior)
Por desventura, no ha sido así; por lo que nuevamente van a producirse grandes acontecimientos telúricos y meteorológicos, catástrofes de tal magnitud, que modificarán la faz de nuestro planeta, y con ello la clasificación planetaria de las almas, indispensable para restablecer el equilibrio alterado, y el surgimiento de una nueva civilización, libre ya de las mentalidades desequilibradas.
Y pasados los efectos del cataclismo, comenzará la reconstrucción de un nuevo orden social, fraterno y armónico, donde no prevalecerá ya la razón de la fuerza, sino la fuerza de la razón y del amor fraterno, por haber quedado el planeta limpio y libre de la maldad humana.
Una nueva civilización surgirá, en la cual los diversos países, libres ya de los ambiciosos, irán formando una federación de estados hacia la unificación, libre de fronteras, libre de ejércitos y policía; orientando los recursos humanos hacia el estudio de las ciencias y las artes, y desarrollo de las facultades espirituales, consiguiendo una modalidad de vida más en armonía con las leyes naturales.
Por el desarrollo alcanzado ya por la técnica y el que continuará alcanzándose, el trabajo duro y penoso que existe aún en ciertos sectores, será reemplazado por máquinas; con una mayor disponibilidad de tiempo para el desarrollo de las artes, de las ciencias y de las facultades mentales. Todas las divisiones actuales de propiedad, religión, sociales, etc., desaparecerán para dar paso a una sociedad fraterna, libre ya de la maldad humana.
No daremos detalles, que nos apartarían del objeto de este tema. Pero sí dar la voz de alerta, a fin de que no nos sorprenda desprevenidos. Y a la vez pedirnos que orientemos nuestra vida hacia la conquista del conocimiento verdadero, que nos iluminará el camino de nuestro progreso hacia la felicidad.
Esforzándonos a adquirir el conocimiento y aplicarlo a nuestra vida diaria, a fin de que podamos ser elegidos para formar parte de la nueva humanidad del tercer milenio, en un mundo de paz y armonía. El conocimiento es un factor preponderante en la evolución de la humanidad. y el mal mayor de la humanidad, es la ignorancia. Me refiero a la falta del conocimiento verdaderamente espiritual. Mientras la gente permanezca en la obscuridad, en la ignorancia de las leyes divinas; mientras no conozca por qué está en el mundo y el objeto de la vida, su origen y destino, mantendrán sus conciencias en tinieblas y serán esclavos de sus pasiones, verdadera de los errores que el ser humano comete con harta frecuencia; errores creadores de causas de dolor.
Por ello, muy necesario es en el momento actual, difundir, divulgar el conocimiento espiritual. Tengamos presente que, cuando llevamos la Luz del conocimiento a nuestros semejantes, estamos colaborando en la Obra Redentora del Cristo, mentor y guía de la humanidad de nuestro planeta.
La gente del mundo de hoy está en urgente necesidad del conocimiento espiritual y psicológico, para orientar su vida dentro de las leyes que la rigen. Porque el desconocimiento o ignorancia de las mismas, lleva al individuo a infringirlas con harta frecuencia, con las consiguientes reacciones dolorosas.
Es necesidad apremiante llevar a la gente la luz del Conocimiento, pero del conocimiento verdadero, libre de todo dogmatismo y sectarismo; el conocimiento de conceptos de verdad que resisten el análisis de la lógica. Hay quienes sostienen y hasta tratan de imponer conceptos carentes de verdad; conceptos que, sometidos a la luz del conocimiento, no resisten el análisis de la razón. y todo aquél que sostenga que sólo a través de tal o cual organización humana podrá adquirir el conocimiento o la verdad, refleja una mentalidad sectaria.
(continuará)
SEBASTIAN DE ARAUCO