FRATERNIDAD EN SERVICIO
En el desarrollo del primer curso, se ha enseñado ya que, el objeto de la vida y vidas humanas es el progreso del espíritu, que es la realidad inmortal que existe en cada uno de nosotros, y que sentimos como nuestra conciencia que nos llama hacia el bien. Somos espíritus en proceso de evolución. Y nuestra personalidad, nuestro cuerpo físico no es más que un instrumento para la manifestación del Espíritu en el plano físico y que necesita para su evolución.
Por ello no debe considerarse la vida humana como único objetivo, según sustentan las filosofías positivistas; sino como un medio para la manifestación y realización de un propósito, de un destino que cada uno de nosotros ha programado o comprometido en el plano extrafísico antes de encarnar, a realizar como humano, de acuerdo con la necesidad de evolución del espíritu. Propósito o destino que, como humanos es desconocido por los más, por no escuchar la «voz» interna de la conciencia superior, al dejarse absorber por las cosas humanas.
Con harta frecuencia, el espíritu trata de manifestarse; pero, por desventura, muy pocas veces le hacemos caso, por anteponer las conveniencias humanas a las conveniencias espirituales. La grandísima mayoría de las personas, sólo piensan en pasarlo bien y corren tras de los espejismos humanos del placer, de la riqueza material, etc., desoyendo el llamado de su espíritu, que muchas veces produce esa sensación de insatisfacción y remordimiento.
Una buena parte de los componentes de la sociedad actual, tiene miedo de adquirir los conocimientos superiores y prefieren la vida cómoda. Pero, ¡ ay de aquellos que sólo se ocupan de pasarlo bien, que sólo viven para sí mismos: en comer bien, divertirse, etc., o acumular bienes de fortuna; porque… están generando una expiación dolorosa en otro planeta o mundo atrasado, donde se verán privados aun de las cosas necesarias!
No obstante, algunos hay, que escuchan el llamado interno y tratan de buscar el camino de la renovación espiritual. Debemos de ayudar a todos a encontrar ese camino orientador que responda a su inquietud espiritual .
Estamos llamados a cooperar en ese propósito de renovación espiritual. Y para realizar con éxito ese objetivo, necesario es prepararse, para responder a la afluencia de personas que vendrán a nosotros en busca de la luz de la verdad que ansian, de personas que habiendo caído en la descreencia religiosa sienten en su alma el deseo de buscar la Verdad de la vida. Preparémonos para ayudar a esos hermanos.
Cuando el espíritu alcanza cierto grado de evolución, comienza a sentir ansias de ayudar a sus semejantes, ansia que suele manifestarse en diversos modos, ya en el plano espiritual ya en el plano físico. Y a medida que el espíritu va adquiriendo sabiduría, siente ansias de darse a los demás para ayudarles en su evolución.
Y con estos temarios, podemos capacitarnos para divulgar los conceptos de verdad que vamos conociendo, contribuyendo con ello al progreso y evolución del prójimo, y para lo cual recibiremos la ayuda de lo Alto.
Por ello, todo aquel que comienza a sentir ese ansia de contribuir al bien de los demás, mucho podrá contribuir también en su propio progreso espiritual, ayudando a orientar en el camino de la renovación espiritual a aquellas personas que han caído en la descreencia religiosa; comenzando con nuestra propia renovación espiritual. Porque, sólo por medio de la autorrealización interna en la superación de las imperfecciones del carácter y en el estudio de las leyes que rigen la vida, se puede avanzar en el empinado camino de la evolución.
Grande puede ser nuestro adelanto, si nos proponemos con firmeza poner en práctica, incorporando a nuestra vida humana las enseñanzas, los conceptos de verdad que estamos recibiendo. Pero, estemos alerta, porque fuerzas negativas tratarán intensamente de apartarnos del camino de la superación emprendido.
(Continuara)
SEBASTIÁN DE ARAUCO