CONGRESO NACIONAL ESPIRITA 1981

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DESARROLLO DEL TEMA

Analizando un poco las diferentes etapas por las que ha pasado el espiritismo, desde que fue codificado hasta el presente, podremos observar que, tanto la intencionalidad de los trabajos mediúmnicos como su desarrollo y ejecución, han variado ostensiblemente. Nos explicaremos: en los comienzos del espiritismo, la idea de asistir a una sesión mediúmnica, comportaba más una curiosidad, un deseo de participar en algo
novedoso, que un anhelo eminentemente espiritual. Ciertamente debía de ser así en aquellos tiempos para ganar adeptos y que se apreciara su realidad, pero no es menos cierto, que en los tiempos actuales se tiene conceptuada la sesión mediúmnica de esclarecimiento, como algo más espiritual, más trascendente, más serio y digno que en sus inicios pudieran interpretar muchos de sus seguidores.

Era preciso que se admitiera y propagara el sentido estrictamente espiritual, y no curioso y fenoménico, para que creándose un clima ambiental apropiado, se preparara una nueva etapa que nos permitiera practicar la caridad con nuestros hermanos desencarnados, de una forma más activa y sentida.

Esto demuestra, que si bien lentamente, se ha ido modificando el sentimiento y la actitud que debe de prevalecer en todo trabajo mediúmnico.

Sentado ya el ideal que nos debe de movilizar en estas sesiones, falta por dilucidar quién desarrolla y realiza la mayor parte de la labor, si los encarnados o los guías espirituales. Aquí muy posiblemente, estemos todos de acuerdo al coincidir que son ellos, nuestros protectores, los que preparan y asumen la mayor responsabilidad. En este caso, la sesión mediúmnica es un proceso por el cual sensibilizamos nuestros sentimientos, pues formamos parte de un conjunto, contribuyendo a dar esclarecimiento y esperanza a unos seres que lo precisan: quedando bien aclarado que nuestra colaboración, si bien importante y precisa, queda por debajo de la que desarrollan aquellos que se encuentran en esa otra dimensión.

Entonces, si nuestro trabajo se reduce a servir de puente entre los dos planos, a la vez que engrandecemos nuestros sentimientos caritativos, ¿no podría ser que, existiendo un motivo poderoso, nuestros guías intentaran acelerar el proceso de esclarecimiento, para que se pudieran clarificar muchos más hermanos necesitados? Puesto que son ellos los que planifican y realizan el trabajo más arduo, ¿no sería posible que nuestros protectores encuentren los medios oportunos para que se realice mejor esta labor?

Ahora pasaremos a exponer qué motivación puede existir, para que sea necesaria una modalidad de trabajos mediúmnicos realizados con más rapidez y eficacia.

En estos tiempos estamos escuchando por diferentes fuentes de información, que se avecina una transformación al planeta. Los espíritas no estamos indocumentados a este respecto, pues nuestras fuentes de información espiritual, nos proporcionan aquello que cada uno de nosotros precisamos conocer para nuestra preparación moral.

Estamos en los tiempos apocalípticos, y por tanto, debemos de prepararnos para soportar y salir airosos de todas las turbaciones espirituales y desenfrenos materiales. Hemos podido constatar, como día a día, existe más negatividad por doquier. Negatividad que nos afecta y nos causa problemas, tanto de orden psíquico como físico. Esto se produce como consecuencia del desalojo de hermanos del astral inferior, en su preparación para abandonar el planeta e incorporarse a su nueva morada. En esta sacudida, estos hermanos ignorantes de la realidad espiritual, acentúan su presión sobre los humanos, desequilibrándolos, por lo que se precisa de un trabajo más continuo, rápido y eficaz por parte de las fuerzas positivas, para ‘evitar que nos veamos impelidos hacia las tinieblas.

Era preciso tener más aislados de la negatividad, a todos aquellos seres encarnados que deben de realizar una misión espiritual, por pequeña que parezca; era necesario que la luz se proyectase con más claridad sobre toda aquella área que la precise. Conforme se está desarrollando ahora el trabajo mediúmnico, si bien se está haciendo bastante, es poco el fruto que se consigue, debido al desalojo de las posiciones del astral. Es preciso una nueva técnica que nos proporcione una mayor eficacia.

Entonces, teniendo ya una motivación apremiante y una necesidad de incentivar el proceso evolutivo de los trabajos de esclarecimiento, es razonable pensar, que llegado el momento, fuesen surgiendo grupos que ajustasen sus esfuerzos a estas necesidades.

Vamos a exponer con el mayor de los cuidados y máximo rigor, nuestro punto de vista y experiencias, respecto a esta nueva forma de desarrollar un trabajo de esclarecimiento, a través de médiums de incorporación. Esta modalidad, en su composición de grupo, reúne las mismas características que el sistema «generalizado», centrándose las variantes en la forma del esclarecimiento y la duración del trabajo.

En las sesiones mediúmnicas, el médium da paso a aquel hermano necesitado de comprensión y lucidez, siendo adoctrinado por la persona más apropiada del grupo, hasta que convencido de su nuevo estado, deja la materia de la que se sirve y se encamina hacia su nueva morada.

En la modalidad actual, los hermanos pasan por el médium, pero no precisan ser adoctrinados, es decir, no hay ninguna necesidad de hablarles para que comprendan su nuevo estado. De esa tarea se encargan aquellos colaboradores espirituales, que oportunamente realizan con ellos un trabajo especial de adoctrinamiento.

Con relación a la clase de hermanos que se clarifican, debemos de especificar, que no son especiales en ningún sentido, sino que siguen siendo los que habitualmente se clarificaban en cada reunión, incluso los más entorpecidos. La modalidad estriba en que primeramente son clasificados en grupos, según su afinidad por los guías espirituales.

Mediante esta nueva forma de esclarecimiento y dado que los desencarnados están brevísimo tiempo incorporados al médium se puede realizar mucha más labor en un plazo de tiempo más corto.

Los médiums que desenvuelven este tipo de trabajo, precisan de una preparación previa de los hermanos superiores, que les permita el acoplamiento con su nueva línea de actuación; pero hay que aclarar, que esta labor no está limitada solamente a unos cuantos «privilegiados», sino todo lo contrario. Casi todos, por no decir todos los médiums de incorporación, están llamados a poder actuar en esta nueva línea. Como es lógico, es imprescindible que el médium deba razonar y admitir este nuevo proceso, para circunscribirse a esa otra concepción de una sesión espirita.
En estos trabajos mediúmnicos, desempeña un papel relevante la facultad de «elevación». Este tipo de facultad no es nueva, si bien puede ser que pase desapercibida su presencia, ya que su localización sólo puede ser efectuada por videntes que profundicen. Su cometido estriba en recoger todos los pensamientos aunados de los reunidos, con juntándolos y dándole un mayor realce y potencia a esa vibración amorosa, emitiéndolos hacia planos superiores con el fin de atraer más hermanos colaboradores y las consiguientes energías benefactoras que ayuden a realizar un trabajo más armónico.

Los asistentes a la reunión o grupo, desempeñan una labor realmente importante, pues es mediante su concentración en pedido de ayuda a «lo Alto—, cuando se producen esas vibraciones amorosas que armonizan y equilibran a encarnados y desencarnados.

La actitud que deben de adoptar todos los componentes de la reunión es de -la máxima responsabilidad, en cuanto al conocimiento del trabajo y su trascendencia. Por eso mismo, el componente de un grupo de trabajo de estas características, debe incentivar al máximo el proceso depurativo de sus imperfecciones morales; debe de estar pendiente de sus pensamientos, deseos y acciones para no desequilibrarse emocionalmente. Sin este requisito, se traiciona a sí mismo y perjudica el esfuerzo de los demás, ya que en el momento de elevar nuestras peticiones a «Lo Alto—, no se va a conseguir con la fuerza necesaria; situación que pueden aprovechar aquellos espíritus burlones deseosos de molestar y entorpecer todo trabajo espíritu.

La duración del trabajo es quizás uno de los síntomas más apreciables, ya que estando todos los componentes del grupo en buenas condiciones espirituales, su tiempo de duración se acorta ostensiblemente. Dependerá de la cantidad de hermanos que se tengan que clarificar y sobre todo de la elevación de pensamientos que se consiga, para que la duración de la misma varíe, pues, la armonía de los presentes facilita sobremanera el desarrollo de dicho acto.

Como podemos apreciar, mediante este sistema, todavía se precisa más de la armonía y equilibrio interno, así como de la conjunción de ideales y sentimientos de todos los partícipes. De esta forma, se crea una auténtica familia espiritual terrena, en la que la paz, el amor, la comprensión y la tolerancia, sean sus reflejos constantes.

(Continua el próximo mes)

L.G.M.

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