PÁGINA POÉTICA

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Ejemplo Imperecedero
Hace ya mucho tiempo
un gran hombre nos visitó,
y al género humano mostró
una vida de ejemplo.
Su rostro sublime y afable
a las masas encantaba,
su voz, serena y amable
a todos emocionaba.
Sin más pretensión que amar
al duro mundo se entregó,
dispuesto a proclamar
la Buena Nueva de Dios.
Inmenso fue su amor
y profunda su enseñanza,
mas supo dar esperanza,
bondad, sencillez y perdón.
Alcanzando la perfección
con entrega y caridad,
nos enseñó la lección
de vivir con humildad.
Se entregó en cuerpo y alma
a una misión dolorosa,
su existencia por tal causa
fue realmente esplendorosa.
Venerado fue primero,
más tarde, escarnecido,
hoy por todos reconocido
como el Sublime Nazareno.
La inconsciencia y maldad
consiguieron arrebatar
con envidiosa crueldad
la vida del avatar.
La ignorancia fue tan fuerte,
de tal forma los cegó,
creyeron que tras su muerte
ya todo se acabó.
La fértil rosa deshojaron,
la estrujaron sin razón,
gran torpeza cometieron
por no tener corazón.
Una misión tan grandiosa
no se destruye fácilmente,
por eso aún siente la gente
esa luz maravillosa.
Mucho tiempo ha transcurrido
desde aquellos postreros días,
pero aún sentimos afligidos
la pérdida de esa vida.
De los hombres lo que siento,
es la poca comprensión
que con el tiempo van teniendo
de tan perfecta misión.
La humana condición
desprecia la bendición
que El ofrecer quiso,
cumpliendo su compromiso.
Rompamos con los prejuicios
y pasemos a la vivencia
de estos tan santos juicios
que nos dicta la conciencia.
Hagamos nosotros lo mismo,
¡Luchemos por la Verdad!
vivamos igual que Cristo
con Amor y Caridad.
Esparzamos la semilla,
la Buena Nueva de Dios,
enseñemos con voz sencilla
del evangelio, el Amor.
Como ejemplo palpitante
eres para mi «el Maestro»,
tu vida de luz constante
traza el camino recto.
J.A.C.S.
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